poema
-
soy la nada del todo por Àm Acevedo soy la nada del todo y el todo de la nada… aun así, me has amao aunque carezca mi existencia y en la vida sea un pelao, en tu sonrisa se encontrará mi todo, en esos labios de melao cuando ya no esté, te digo que en
-
virus por Àm Acevedo ¡atrévete! invade mi cuerpo y al apostar en este mundo incierto ¡celebra! confía en tu pensar inepto: que podrás ganar si me dejas muerto. lo que no sabes es lo que sé por experiencia y aunque no te agrade decaerás en tu inútil resistencia. aunque seas el víctor tu deleite será
-
serie: el amor feroz y atlántico de la princesa taína y el príncipe connell 5 encanto de puerto rico y éire por Àm Acevedo un nicho para la realeza difunta encontrará. el destino de un amor sincero será su guía y quebrantará la separación concertada por el mar. de las sogas de la muerte, taína te
-
serie: el amor feroz y atlántico de la princesa taína y el príncipe connell 4 la tumba del príncipe connell por Àm Acevedo en aquel bosque mortuorio de tu isla esmeralda, en la colina con vistas a la pradera, tus ojos menguantes y anhelante tristeza serán aliviados por piedras mágicas que lanzan ecos megalíticos por sus
-
serie: el amor feroz y atlántico de la princesa taína y el príncipe connell 3 vía atlántica salvaje por Àm Acevedo como todo en la vida, señor de leitrim, tu aventura tendrá fin. el llamado llegará para que regreses a la vía atlántica salvaje y el océano atravieses. navegarás hacia éire, sufriendo la tortura del mar.
-
serie: el amor feroz y atlántico de la princesa taína y el príncipe connell 2 el río la abraza por Àm Acevedo connell, el río abraza a la princesa taína. cuando la veas –como el poeta de innisfree– suspirarás: la “escucho en el núcleo del corazón,” y recordarás para siempre su imagen canela como una marca
-
serie: el amor feroz y atlántico de la princesa taína y el príncipe connell 1 cruza la isla esmeralda por Àm Acevedo cruza la isla esmeralda con tu poderosa hueste, mi príncipe de corracloona, para que los vientos del este –connell– te lleven a su ribera. tendrás que pelear con el rugir del océano bravo